lunes, 3 de septiembre de 2007

¿QUÉ ES EL ZEN?

¿QUÉ ES EL ZEN?

La palabra Japonesa Zen viene de la expresión china ch’an, ésta a su vez deriva de la expresión china cha’an na, la cual es una derivación de la palabra sánscrita jhana, y esta última de la palabra sánscrita dhyana.
Diana no significa repensar las cosas ni cavilar. Diana comprende el smritti (recogimiento, atención o concentración) y el samadhí (contemplación).
Diana es un estado de conciencia unificada, no tiene pasado ni futuro, para la conciencia sólo hay un presente.
En realidad dhyana es un verbo que no tiene sujeto ni predicado. Existe el conocimiento pero no hay conocedor ni conocido. En español sería como decir “Yo lluevo”, podemos ponernos debajo de la lluvia para recibirla, pero nosotros no somos lluvia. Por eso decir “yo medito”, es impreciso, la idea de que yo voy a meditar, no es meditar, la idea de que yo medito puede turbar la meditación.
Preguntaba en una ocasión un discípulo a su maestro: — ¿maestro, en que meditas?—
En lo que está más allá del pensamiento— ¿cómo consigues meditar sobre aquello que está más allá del pensamiento— No meditando—.
“Durante la meditación olvídate que estás en meditación, no pienses que está meditando, porque cuando se piensa que se medita este pensamiento basta para turbar la meditación”…

“La forma más elevada de pensar es no pensar”. ( Samuel Aun Weor)

Un hombre fue a escuchar a un maestro para que le hablara de su doctrina Zen. El maestro empezó a hablar, pero el hombre de vez en cuando le interrumpía diciendo:— ¡Ah, si eso ya lo sabía! ¡Oh, si ese es un tópico de muchas religiones! Etc. Al final de la exposición el maestro se dispuso a servir el té. Empezó llenando la taza del hombre, pero cuando ya estaba llena seguía vertiendo hasta derramarse el té. El hombre le advirtió:¡ Cuidado, mi taza ya está llena! A lo que el maestro contestó:—ya veo, pero si no la vacía como puede pensar en saborear mi té.
Según los chinos, el Zen es algo “redondo y rodante, resbaladizo y terso… algo inasible e indescriptible que no puede explicarse ni interpretarse”.
El Zen no es religión, no es filosofía, no es psicología, no es ciencia. En China se dice que es un camino de liberación. Algunos le llaman “la doctrina del corazón”. El Zen es profundo, directo y práctico. Es un estilo y una tradición. El Zen emplea un lenguaje enigmático, actitudes desconcertantes y métodos sorprendentes.

ORIGEN DEL ZEN

Siddharta Gautama (el Buda) nació en el siglo VI antes de Cristo en la India, donde vivió y murió, y es a esta época donde hacen remontar el origen del Zen.
Tradiciones muy antiguas nos cuentan que el Zen se originó cuando el Buda, reunido con sus discípulos en un lugar llamado “Pico del Buitre”, disertaba sobre el sendero que debe seguirse para obtener la serenidad del espíritu, cuando un Rajá le interrumpió para obsequiarle con un ramo de flores. El Buda guardó silencio, levantó las flores en alto y observó a sus extasiados discípulos. Todos permanecían serios pero allá en el fondo confundido con los demás un rostro contemplaba al iluminado y sonreía. El Buda le dijo: — percibo que sólo tú has sido capaz de recibir la doctrina—. A partir de este momento cuentan se empezó a originar el Zen.
El nacimiento del Zen parece enraizarse en la India desde donde pasó al Tibet, China, y de China a Japón donde se dice alcanzó su máximo esplendor.
En la India, el Budismo se dividió en MAHAYANA, HINAYANA, VAJRAYANA, y otras escuelas menos importantes.
En la China, el budismo se ramificó principalmente en la escuela de la “Tierra Pura”, escuela Ch’an, T’ien T’ai y Vinaya. Algunas de estas escuelas están influenciadas por el Taoísmo y el Confucionismo.
En Japón el budismo se dividió en las escuelas, Shin-Shu, Shingón, Ni-Chiren, Jodo (es la misma que T’ien, T’ai). En el Tibet el budismo se unió a la religión allí llamad Bon-po, que junto con el Tantrismo se formó lo que hoy se conoce como lamaismo.

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