lunes, 3 de septiembre de 2007

EL BUDISMO

¿POR QUÉ EL BUDISMO ES DIRECTO?

El segundo patriarca budista dijo: “El Zen es una doctrina enseñable no ortodoxa, no está fundada en palabras ni en letras. Apunta directamente al espíritu humano, ve la naturaleza de uno y alcanza la condición de Buda”.
En general, hay anécdotas del Buda que denotan un sabor Zen, como es el caso de un discípulo que preguntó al Buda como podía alcanzar la verdad. El Buda le hundió la cabeza en el agua hasta el punto de producirle casi el desmayo. Entonces le sacó la cabeza del agua y le preguntó: — Cuando tenías la cabeza bajo el agua, ¿deseabas riquezas?—No—¿Deseabas mujeres o bonitos trajes?—No—¿Qué deseabas?—¡Vivir! A lo que el Buda replicó:—Cuando ese sea tu único anhelo podrás entrar en el camino de la verdad.
“Un ministro preguntó a un maestro zen que era el egoísmo según su doctrina… El maestro le dijo ¡Bah! No digas tonterías. Al ministro le cambió la cara y lo miró enojado. El maestro dijo: ¡He ahí el egoísmo!”.
Otra anécdota del Zen cuenta que a una mujer se le murió su único hijo. Desesperada preguntó a los demás si alguien podría salvar o devolverle a su hijo. Le dijeron que en la montaña había un sabio, el Buda, y quizás él podría hacer algo. La mujer se presentó ante él y le pidió que le devolviera a su hijo. El Buda le dijo: —Ve al pueblo y pregunta en cada casa si allí a muerto alguien, cuando en una casa te respondan que no, pide que te den un grano de arroz. Si me traes un solo grano, te devolveré a tu hijo. —
La mujer bajó al pueblo y casa por casa fue preguntando si allí había muerto alguna vez alguien. Naturalmente todos decían que allí había muerto el abuelo, el padre, la hija, el hermano, etc.… Después de recorrer todo el pueblo, se presentó ante el Buda y le dio las gracias porque le había hecho comprender que la muerte es un fenómeno natural que a todos nos alcanza.

AQUÍ, ESTO, AHORA

Algunos han denominado el zen como el “aquí, esto, ahora”, por eso también se llama la filosofía de la momentaneidad.
— Maestro ¿cómo practicas la santa verdad?
— Cuando como, como; cuando duermo, duermo.
— Pero eso lo hace todo el mundo.
— Ahí está el error, en que no lo hace todo el mundo, las gentes cuando comen piensan en otra cosas y cuando duermen, sueñan.

El Zen nos enseña a vivir el presente: Paseaban dos monjes cuando oyeron unos gritos, se acercaron y vieron que era una mujer que estaba ahogándose en el río y pedía auxilio. Uno de los monjes sin pensarlo se arrojó al agua y sacó a la mujer a la orilla. Siguieron los monjes el paseo, al cabo de un rato, el monje que no se había tirado al agua le dijo al otro: —¿Te das cuenta de que has tocado una mujer?, a lo que el otro contestó: — Yo la cogí y la dejé en la orilla, pero tu todavía la llevas encima.

VIVIR EL PRESENTE CONSISTE EN…

Un muchacho quería ser monje. Un buen día partió de su casa hacia el monasterio, en su camino y al paso por otro monasterio, vio a un anciano extendido unas hierbas a pleno Sol. El muchacho se le acercó y le dijo: — Buenos días, ¿Cómo es que está usted haciendo esto aquí, es que no hay ningún joven ahí adentro que pueda hacer esto? El viejo respondió: — Los demás estarán haciendo otras cosas. ¿Y por qué no lo deja para mañana?.— Es que mañana tendré que hacer otras cosas. — Entonces ni pueden hacerlo ellos, ni puede hacerlo esta tarde, ni mañana, ¿tiene usted que estar aquí con este Sol?— Es que yo no soy “ellos”, yo no soy “esta tarde”, yo no soy “mañana”, yo soy yo y estoy aquí ahora haciendo esto. El muchacho se quedó allí a recibir las enseñanzas de aquel viejo maestro. En el Zen se tiene la idea de que el despertar y la vida cotidiana no son incompatibles.
Samuel Aun Weor nos dice en su obra “El Misterio del Aurea Florecer” que definir significa poner fin. Definir es adaptar algo a nuestro lenguaje, poner límites intelectivos. Es obvio que nuestro lenguaje de palabras y conceptos no es la verdad. Samuel dice que el concepto nunca es igual a la verdad.
En el Zen se reconoce la inutilidad de todo pensamiento conceptual. Se busca el despertar, pasar más allá de la mente dualista y sus conceptos para llegar a (Acintya)= a lo impensable, por eso se ha dicho que LA FORMA MAS ELEVADA DE PENSAR ES NO PENSAR.
Cuando al Buda se le preguntó cual era la verdad, dio la espalda y se retiró. Cuando a Jesús de Nazaret le hicieron la misma pregunta, guardó silencio. Huai Tang dijo: “Cualquier cosa que se diga fallará en su punto principal”.

“El Tao escrito no es el verdadero Tao” (Lao Tzu).

“Al Tao no se le puede expresar ni con palabras ni con el silencio” (Chiang-Tzu)

“El que pregunta se equivoca el que responde se equivoca”. (Buda)

Para el Buda conceptuar sobre el Yo Real (Ser), era una forma más de Maya = (ilusión).

Chiang-Tzu dice que “el hombre perfecto, usa su mente como un espejo, no aferra nada, no rechaza nada, recibe pero no conserva”.

El Zen y el Tao pretenden llevar al discípulo más allá del batallar de los opuestos, más allá de las antítesis, más allá del vano razonamiento que nos tiene atrapados.

Anécdotas Taoístas:

Maestro, ¿tengo razón en no tener ideas?
—Desecha esa idea
— Os he dicho que no tengo ideas, ¿qué podría desechar?
— Naturalmente eres libre de seguir con esa idea inútil de la no idea.

Hay que comprender que nuestro lenguaje está lleno de convencionalismos y de conceptos relativos. Nuestra visión es apenas una pequeña parte del Universo.

Iban un maestro y su discípulo dando un paseo, cuando el maestro pregunta: —¿Qué es eso?— Una bandada de Gansos salvajes.
Al cabo de unos instantes, el maestro vuelve a preguntar, ¿dónde están?— Ya han desaparecido—¿Cómo van a desaparecer? El maestro diciéndole esto gritando, le retorció la nariz y el discípulo tuvo la iluminación.

Todo es relativo. La realidad cambia constantemente. Tener éxito es fracasar, avanzar es exponerse a tener que retrocedes, comer es sobrevivir para volver a tener hambre, reir es prepararse para ponernos serios.
La idea de mejorar sólo surge cuando hay un contraste. Una persona puede ser buena en contraste con los demás, pero siempre habrá otra mejor que hará que la anterior sea mala.
Cuando a un maestro le preguntaron cual era la verdad respondió: “Cuando estamos demasiado tiempo sentados nos cansamos”.

Sólo cuando dejes de sentir agrado y desagrado comprenderás todo claramente

Si quieres alcanzar la sencilla verdad no te preocupes del bien y del mal.

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